miércoles, 29 de mayo de 2013

miércoles, 8 de mayo de 2013

Del método a la era posmétodo en idiomas

Hace cosa de un año escribí sobre diferencias que había notado entre cómo me habían enseñado inglés a mí y cómo eran las clases de idiomas en DePauw University, Indiana. Pues bien, un año más tarde y con dos semestres del máster de enseñanza de español ya terminados, vuelvo a retomar el tema.

Aquellas clases llenas de normas gramáticas y de listas de vocabulario, estaban basadas en el método de gramática y traducción. Entre sus principios, encontramos la memorización, la enseñanza de vocabulario y de reglas gramaticales y la traducción de textos. El objetivo inicial de este método era la enseñanza de las lenguas clásicas para disfrutar de su literatura. Pero ¿es ese nuestro objetivo hoy en día? El empleo de gramática y traducción significa que las oportunidades para escuchar y hablar la lengua meta en la clase son escasas, ya que se utiliza la mayor parte del tiempo para tratar cuestiones de la lengua.

Poco a poco, fueron surgiendo distintos métodos, algunos de ellos un tanto estrambóticos, como la sugestopedia, que crea un mundo fantástico de positivismo y termina las clases con música del barroco tardío.



O el método del silencio, en el que el profesor modela una vez y los estudiantes van formulando sus propias hipótesis. Hay muy poca corrección de errores. Yo la verdad es que no me veo en una clase así...



Y ahora, ¿qué tenemos? Pues bien, hemos llegado a la era posmétodo, en la que la clase no se guía por un método con una serie de normas estrictas, sino que se basa en una serie de ideas que no imponen el tipo de actividades que tendremos en la clase, sino que las guían según unos objetivos. El enfoque comunicativo tiene como pilares la interacción, la negociación del significado (explicar con otras palabras o gestos, en lugar de dar la traducción), el trabajo en grupos y el uso de materiales y situaciones reales. 

He de decir que yo era bastante reacia a hablar con mis compañeros en inglés durante las clases. Mi lógica era que no iba a aprender nada de ellos porque sabían lo mismo que yo. Sin embargo, ahora estoy convencida de que es algo necesario en la clase porque aumenta el tiempo en el que los alumnos pueden interactuar. Pongamos un ejemplo, en una clase de 20 estudiantes, si solo se comunican en la lengua meta con el profesor ¿cuánto tiempo podrán hablar? Las actividades en grupo son una forma de aumentar ese tiempo. 

El objetivo final de este enfoque es que el alumno adquiera una competencia comunicativa, en otras palabras, que sea capaz de desenvolverse en situaciones de comunicación reales. ¿Cómo se ve este cambio en la práctica? Con el método de gramática y traducción, nuestro objetivo sería enseñar el imperfecto en español, con sus terminaciones y sin importar mucho el contexto. Ese mismo objetivo desde una perspectiva comunicativa se transformaría en dar las herramientas al estudiante para que sea capaz de hablar de circunstancias en el pasado. Para ello, emplearíamos situaciones en las que los hablantes nativos utilizan ese tiempo. 

Hasta aquí un poco de metodología y su evolución. En la próxima entrada continuaré con otros elementos que se tienen en cuenta para preparar una clase de idiomas.